Esta será una historia para la nota roja del día de
mañana, seré el chisme y el murmullo de las personas que vean mi foto en todo
su esplendor , el comentario de “pobrecita”, ”era tan joven”, ”que idiota”,
pero al pasar los días, los meses, esa nota se perderá entre un montón de
periódicos arrumbados y será olvidada, seré olvidada como debe de ser.
Siempre he pensado que esta ciudad tiene su encanto
algunos de ellos me considerado extraña y rara por gustarme los hoteles, de
esos que huelen a viejo, donde parece que el tiempo se a detenido, son los
llamados “de paso” que la gente usa para tener sexo, tal vez muchos de ellos
pensaron que al traerlos aquí a este hotel era solo para copular y tener un
rato de placer, pero para mí las cosas eran muy distintas.
Me considero una romántica, con ideas tan elevadas
respecto a una pareja que ahora nadie llena mis expectativas, y siempre en
búsqueda de un alma gemela. Yo toda mi vida sexual hice el amor en este tipo de
hoteles, nunca tuve esa inquietud o ese instinto de placer, buscaba otro ser
con el cual fundirme no solo en piel , sino algo más profundo e espiritual,
pero hoy me e cansado de todos esos sueños e ideas.
Me he cansado de acostarme con tantos hombres que solo buscan el calor y el placer de mi
cuerpo, cansada de las noches de buscarme un hombre diferente, para haber si
este era el indicado.
Me he cansado de soñar con un vestido blanco, un anillo y
un romance como los que escribió Jane Austen. “Demasiado soñadora y cursi” me
han dicho mis múltiples parejas mientras se reían a carcajadas en la ducha del
hotel en turno, yo tratando de contener las lagrimas, fingiendo una risita
consoladora para no sentirme tan estúpida.
Hoy me dieron los resultados de mis pruebas sanguíneas, he
dado positivo, al VIH, gonorrea y Papiloma. Era de esperarse…
Esta noche me he puesto mi negligee rojo, ese que tanto resalta tanto en mi piel blanca y en mis risos negros, e
prendido un cigarro mentolado que ha impregnado
todo el aroma de este cuarto de hotel.
Me e comprado unos dulces sabor naranja que ahora saboreo.
Por la ventana se ve esa hermosa buganvilia que a crecido tanto, ella me ha
visto crecer y me ha visto añorar un amor imposible, cuando perdí mi virginidad
la vi m apenas era una pequeña planta con unas cuantas flores, hoy rebosa de
ese color rojizo-rosa por todos lados.
De todos los hoteles este siempre ha sido mi favorito,
por esa buganvilia que me vio siendo niña y convertirme en mujer, me vio
desfilas con muchos hombres anhelando lo imposible.
Esta noche no espero a ningún hombre, esta noche es solo
para mí.
Las luces están apagadas, me recuesto en la cama y tomo el cuchillo
muy bien afilado preparado para esta ocasión tan especial. Corto con fuerza y
sin titubear la yugular , lo hago profundamente, me duele un mucho pero no
tanto como encontrarme en esta cama a solas, sin nadie a mi lado, cierro los
ojos, la sangre corre abundantemente por toda la cama, es tibia y cálida , me
siento como una flor de esa buganvilia
que está a punto de ser lleva por
el aire,yo puedo detener el chorro de sangre en mi cuello, respiro
pausadamente, la vida se me va…tal vez en mi otra vida si encuentre el amor…
Qué triste :( Pero sí, muchas mujeres (y hombres) en búsqueda del afecto lo entregan todo, para perder la vida en el proceso con enfermedades como el VIH.
ResponderBorrarMe quedo a seguir el blog, escribes muy bonito.
¡Saludos!